Ser en el Centro 3

Si todo justifica su existencia en una dependencia mutua, todo está unido, hermanado, y el equilibrio de cada cosa depende de esta relación.
Por esto, nada puede ser malo para otro y no serlo para mí.
Si nada puede ser malo para otro y no serlo para mí,
Cuidar de todo por igual es cuidar de mi mismo, cumpliendo así con la virtud de la naturaleza humana.

El Comentario

En nuestro cuerpo, el organismo trabaja para mantener el equilibrio, todo el tiempo hay una búsqueda del balance, y este se da por el funcionamiento armónico de las partes en donde ninguna se posiciona en importancia con relación a las otras, si no en valor. En el caso de las relaciones con los otros sucede lo mismo, y es ese valor el que nos iguala.
Si podemos imaginar las consecuencias para un cuerpo en el que unas partes pretenden imponerse a otras, ¿no podemos también imaginar las consecuencias de tener la misma actitud hacia los demás?
Igual que en el caso de un cuerpo la ruptura del balance traería consecuencias inevitables, romper el equilibrio con los otros nos afecta a todos.
Entender que hay un bien básico y objetivamente compartido nos responsabiliza de nuestra actitud y nos compromete.
Ser humano es una virtud que se expresa en cada acto, y en la actitud amorosa hacia lo que nos rodea se evidencia dicha condición.
Si comprendemos que todos somos todos y que cada uno soy yo, y que nuestras acciones tienen consecuencias en el tiempo para nosotros mismos, el cuidado del otro es algo que me debo a mi mismo.
Anibal Gomez (Sutúl Naré)