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miércoles, 5 de agosto de 2009

Editorial ''La identidad potencial''

Hay una parte en cada creatura que es consciente de su identidad potencial. En cada ser existe el impulso, como un llamado a convertirse en eso que en potencia ya es, a convertirse en sí misma. La oruga en mariposa, el carbón en diamante, la semilla en planta y el ser humano incompleto en ser humano completo.
Este impulso vital, el vacío de ser, que se expresa como un profundo desasosiego existencial, lo sentimos como si nos faltara algo, algo que no podemos definir.
Generalmente, revisamos que nos está faltando en nuestra vida, pareja, relaciones, objetos, etc. Y no tardamos en encontrar la mejor de las ’’razones’’. Cuando es así nos avocamos a la tarea de satisfacer esa carencia buscando la pareja perfecta, la relación ideal o el último adelanto de la tecnología o el confort. Pero quien más quien menos lleve ya algunos años caminando por estas tierras de Dios, sabe que esta sensación de estar satisfecho dura poco, y uno no debería confundir estar satisfecho con estar pleno.
Hasta acá uno ya sabe que buscó donde no estaba, y esto es así porque de otra manera se estaría en paz, como un estado permanente y no de momento. Pero ¿Qué es lo que deberíamos buscar entonces para aquietar las aguas revueltas del alma profunda?
Vivimos en una sociedad donde los parámetros de realización son el dinero y el poder, y pocas o ninguna cosa anima a la búsqueda genuina de estas respuestas escenciales.
Pero cuando se acerca la hora del rechinar de dientes, y lo necesitado reclama el lugar de lo deseado, lo poseído se hace polvo y ante la primera brisa queda al descubierto la carencia. Un alma desnuda a esa hora de la noche de la existencia no debería estar. Pero al menos es un comienzo, donde todo lo que somos es posibilidad de ser, porque eso es el hombre, posibilidad no realizada.

4 comentarios:

Dasha dijo...

Como siempre me dejas con mucho para pensar, para comprender y para hacer.
gracias

Anónimo dijo...

buscar nuestro ser completo...
todo lo que buscamos afuera de alguna forma esta relacionado con un profundo deseo de bienestar y felicidad, para dejar de sufrir, y no encontramos otra manera de hacerlo, y asi confundimos felicidad con placer... el placer puesto en un objeto, en un estado en especial, en el afuera como vos decis... en cambio la felicidad es una profunda sensacion de serenidad que se sobrepone a cualquier estado emocional, alegrias y tristezas... la felicidad pura, la de la conciencia, la que no puede ser manchada con nada externo es la que nos lleva a encontrar nuestro ser completo...
abrazo fuerte
clau

Anónimo dijo...

como flashes, "lo necesitado" me pide a gritos su lugar ... por alguna extraña razón, el miedo hace que me cueste escuchar.
Por suerte como decís soy una posibilidad.
Que bueno que que nos cruzamos en el camino y sin mezquindad te ofreces como guía!!
Es muy "activador" y gratificante leerte, gracias
silvia

Blog dijo...

Es un hecho común no poder distinguir entre las necesidades banales y esenciales. En realidad lo que veo, es que generalmente, no se logra identificar muy bien cuál de ellas es la mas importante para alcanzar un genuino bienestar. Nunca supe definir muy bien si la causa de esto era ignorancia o desinterés... aunque debe tener un poco de las dos especias.
Si bien sí creo que esta dificultad esta por demás sobrealimentada por nuestra cultura "consumo-materialista" (propablemente se pueda observar cómo en una sociedad y en la historia de una cultura, se arma para si misma, mecanismos de defensa similares a los del "egoaraña" en un individuo) también sostengo que cada cual es responsable por su propia ignorancia (en el contexto de lo que estamos tratando) e incluso culpable por protegerla con ganas para evitar tener que enfrentar la incomodidad de discernir lo falso de lo verdadero... Para muchos es mas conveniente e inconcebiblemente mas trabajoso deshacerse de un solo inutil habito reactivo, que triunfar en asunto materiales de por vida. Hasta que se vuelve impertante hacer frente tambien a las necesidades del alma. Y no, como decis vos, nunca es demasiado tarde. Cuando trabajamos por eso, lo que logramos es VERDADERO y lo verdadero es eterno.
Cariños y gracias Anibal por tu guia de siempre.
Vero