Extraido del libro ''Ser en el centro''...de próxima aparición

Del re-significado

Vivir en este estado ilusorio de fragmentación nos mantiene aislados de todo y de todos, perdiendo así el hilo del sentido que hilvana la vida.
Encerrados en la idea de un yo separado del resto, condenados a una muerte absurda, como una serpiente, que a si misma, se devora por la cola.
Si vivir en el estado de fragmentación nos aísla, salir de el nos reúne, y la vida cobra significado por si misma.



Al creernos un yo aislado del resto, somos incapaces de sentirnos unidos a lo que nos rodea y quedamos atrapados en nuestra propia idea y en nuestra propia forma.
Sin poder conectar íntimamente con los demás, el estado ilusorio de fragmentación se convierte en una condena segura a la perdida del sentido en la existencia. Y es en esta fragmentación que el egoísmo cobra sentido y se comprende, aunque de ninguna manera se justifique.
Hay una necesidad urgente de salirse del auto encierro en el que vivimos a diario para recobrar el sentido, y esto debe hacerse sin temor a la perdida de la propia identidad ya que por el contrario lo que somos cobra verdadero significado y se completa.
Reunir es unir nuevamente lo que alguna vez ya estuvo así, unido, y es la unidad inmanente el estado natural del universo, lo contrario, el estado ilusorio de fragmentación, si bien es común no es normal.
Dejar el estado ilusorio de fragmentación es tan difícil como necesario para salir del aislamiento en el que vivimos, entrar en el estado de unidad inmanente es algo que uno se debe a si mismo para estar integrado a lo que lo rodea y completarse. Para que esto sea posible debe recorrer la distancia –tan larga como virtual- que va del concepto como idea, al hecho como experiencia.
Volver de esta manera al origen, al estado original, nos colma de una alegría serena y continua que no se haya sujeta a los acontecimientos externos para poder ser. Este estado hace que la vida se resigne y cobre un nuevo significado.