Editorial ''Salir del auto encierro''

Aislados, auto encerrados en un una burbuja egoica, nos mantenemos separados de los otros. Y es esa separación es una de las causa de tanto mal en el mundo. Por el temor oculto, o negado de no ser aceptados en nuestra imperfección, gastamos la mayor parte de nuestra vida tratando de proyectar una imagen de ser, que cumpla con nuestra propia expectativa, convencidos de que esa expectativa es la misma para los otros. Más tarde relacionados con el entorno desde esa imagen de sí exagerada, no sabemos por qué los demás no conectan con nuestras necesidades más escenciales.
Tan preocupados por la falta de aceptación de lo que somos, producto de nuestra falta de seguridad y confianza, nos relacionamos y comunicamos especulativamente, calculando el resultado de lo dicho o lo hecho, sin importar si esto nos representa, o nos respeta.
Si multiplicamos esta actitud por la mayor parte de nuestros vínculos a diario, descubrimos que nuestro ser es invisible a los ojos de los otros, no por que no quieran vernos, si no porque nosotros les mostramos algo que no somos y pretendemos ser, por el solo hecho de haberlo querido así en algún momento.
Creo que uno de los desafíos de este tiempo, en el que la comunicación es la estrella del firmamento, podría ser cambiar la idea de ‘’Comunicación efectiva’’ por ‘’comunicación Afectiva’’ animarse a dar el primer paso en esa dirección y descubrir que pasa. A mostrarnos relajadamente imperfectos y descarnadamente sinceros. Tal vez como en la prueba de fe invertida, el milagro se obre a sí mismo, pues tu propia fe será lo que te salve.