Lo que está destinado a la evolución sino cumple con su destino, se estanca y degenera. Para que este proceso evolutivo humano pueda concretarse se requiere, además de las sustancias esenciales que garantizan la vida, orden y armonía.
El orden y la armonía al que hago mención guardan relación con los centros y sus funciones. Estos centros son como cerebros independientes con funciones asignadas a las modalidades de experiencias, interconectados para hacer posible el entendimiento y la comprensión.
Pensar, hacer y sentir como una trinidad viva enraizada en el cuerpo es lo que nos permite salirnos del estancamiento y la involución.
Cuando nos hallamos estancados en una situación por falta de comprensión será necesario mucho más que pensar para poder cambiarlo. Será necesario exponerse a nuevas formas de aprender y Trabajar duro a favor de la propia corriente de vida.
Ir hacia los actos de unidad para propiciar la comunión de los centros, desbaratar las contradicciones y convertir así, esto, en el arte de desprenderse de la apreciación subjetiva. Aclararnos respecto de cómo la comprensión es una cualidad sin la cual lo humano como proceso decae es de vital importancia.
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