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domingo, 13 de septiembre de 2009

Editorial ''Acerca de la consciencia despierta''

La idea de un despertar de la consciencia que surge como un chispazo y nos enciende en un instante como un estado permanente, si bien es posible, es muy raro. La otra alternativa, más probable por cierto, es la de despertares parciales y acumulativos. Una serie de chispazos que encienden de forma más o menos parcial partes de la consciencia y que pueden convertirse en un solo fuego de sostenerse una intensión el tiempo necesario.
Si dejamos de ver a estos procesos como meramente psicológicos, a saber, existiendo solo en el universo intangible de los pensamientos, y empezamos a comprender que toda esta actividad sutil tiene su física y su química, podemos darnos buena idea de cómo definir el concepto de evolución de la consciencia.
Si nos detenemos en los trabajos que hoy permiten ver cómo los pensamientos influyen en las moléculas de agua en el cuerpo, podemos reconocer una idea realmente objetiva de lo bueno y lo malo. Todos estos ‘’descubrimientos ‘’ que la ciencia de turno oficial reconoce, ya habían sido observados por percepción directa hace mucho tiempo, y existen también otra cantidad de hechos que todavía quedan en lo obscuro acerca de la realidad de la consciencia despierta.
Cuando dormimos nuestros sueños pueden parecernos muy reales, pero al despertar de ellos reconocemos una gran diferencia. De igual forma la consciencia despierta se diferencia de nuestro estado de vida en la personalidad, tanto o más que el dormir de la vigilia.
Al igual que en los sueños uno cree estar presente, y participa de los eventos, convencido de que esta allí. Durante los estados de consciencia normal, o de vida en la personalidad, también jura que uno se halla así, despierto. Pero solo al cambiar estados de consciencia y estando despierto ahora, puede reconocer que estuvo ausente, como perdido en sus actos, y es muy probable que uno lo haya estado por mucho tiempo.
La sensación de presencia que la consciencia despierta nos deja es indeleble al paso del tiempo, y se torna en referencia que guía los pasos hacia ese despertar más permanente.
Por esta razón sería de importancia detenerse en la observación del momento para reconocer en que consciencia estamos y empezar aunque mas no sea por darnos cuenta de cuan dormido estamos.
Salir de la obscuridad anónima de la ignorancia para ir hacia la luz del conocimiento de la identidad propia.

1 comentario:

dd dijo...

estara aqui la respuesta al koan?