UN ESPACIO PARA COMPARTIR EL PENSAMIENTO Y GENERAR VINCULOS DESDE LA REFLEXION ACTIVA A TRAVES DE LA LECTURA DE TEXTOS DEL AUTOR Y SUS IDEAS.

lunes, 14 de junio de 2010

Poesía encarnada... Así

Detesté la esperanza que albergaba la duda y me aferré a ella como mi última suerte.

Sentí como la nada puede ser un espacio tan pequeño que lo que falta ocupa todo y enrarecen el aire las ausencias.

En el fondo de la soledad, lejos de mis amores,
Descubrí que la soledad es lo único que queda cuando no nos queda nada.

martes, 8 de junio de 2010

Koan...

Quien necesita una vela bajo el sol del medio día?

Editorial ''Renovarse es vivir''

Es necesario si queremos conservarnos con vida hasta la hora de la muerte, que tengamos la capacidad de renovarnos en las ideas y en la forma en que nos encaramos con lo cotidiano con el fin de que este diario no se convierta en rutina.
No dejarse endurecer por lo habitual que nos gasta los días y las cosas y hace que lo que es nuevo cada vez caiga en los viejos lugares de costumbre.
La vida verdadera solo transcurre en la conciencia y la conciencia solo transcurre en el presente. Ese presente que fluye eterno y eternamente fiel a la única constante, que todo muta y se transforma.
En ese presente transcurre lo nuevo y lo que se renueva, de ahí surge la frescura de los hechos que hace posible la renovación del asombro y que es fuente de alegría genuina. Una frescura que torna en nuevo lo de siempre y en presente continuo los sucesos.
Se me ocurre que en vez de ponernos un cartel recordatorio al estilo de los viejos almacenes de barrio que decían ‘’Hoy no se fía mañana si’’ podríamos escribirnos uno que diga ‘’El día de hoy ha sido totalmente nuevo’’ pero de no mediar la conciencia necesaria pronto estaremos dejando de leer el cartel y volviendo al habito de perder el presente.

Poesia encarnada ''Jardin sin tiempo''

El ocre fulgor de las hojas caídas entibió mis pasos
Y celebré el otoño con la esperanza de que el viento también se llevara esa hoja que resiste en la rama
Mis años se cayeron del árbol otra vez y la brisa los llevó a lugares nuevos donde la habitualidad que todo lo endurece no los alcanzó
El suave y dulce crujido de esas hojas me acompañó en el camino y no pude más que sentirme consolado
Me abrigó del frio invierno y de la fría soledad nada más aquel recuerdo
Cuando vuelva a ser hoja en este suelo descansaré en la recurrencia de las cosas y esperaré a que llegues otra vez.