UN ESPACIO PARA COMPARTIR EL PENSAMIENTO Y GENERAR VINCULOS DESDE LA REFLEXION ACTIVA A TRAVES DE LA LECTURA DE TEXTOS DEL AUTOR Y SUS IDEAS.

sábado, 29 de agosto de 2009

Pensamientos..."Brilla que brilla"

"El brillo del metal se logra por fricción...el nuestro también"

Editorial ''Egoaraña y el camino de salida'' (tercera parte)

“Sea como sea la personalidad, tu escencia se mantiene originalmente pura e inalterada”. Dependiendo casi exclusivamente de las condiciones familiares en donde uno se forma, la personalidad va a ser más o menos limitante y rígida. En buenas condiciones la escencia va a requerir menos de los recursos sustitutivos de la personalidad para funcionar, esto significa mayor claridad y menor identificación con lo adquirido. En este caso, la observación y el proceso de esclarecimiento que hacen posible el reconocimiento de la verdadera naturaleza, van a ser más sencillos que en aquellos otros casos donde el núcleo familiar es muy disfuncional. Estas escencias van a necesitar hacer uso de la personalidad en sus aspectos más restrictivos y rígidos.
Más allá de las circunstancias en la que las personalidades se formaron, y más allá del estado actual en el que nos encontramos, la escencia por su condición, se encuentra en perfectas condiciones y esperando la oportunidad de manifestarse.
Como una creatura perdida en un laberinto de espejos que proyectan reflejos confusos, parecidos pero no fieles, la escencia deambula tratando de reconocerse. Tocar los espejos para reconocer lo que no soy es una buena forma de acercarnos al camino de salida.
A esa hora, en la que el trabajo se torna confuso y uno tiene la sensación de estar perdido, sería bueno recordar que…”Por mas perdido que uno esté, uno siempre está en algún lugar” y ese lugar es el centro de la existencia, el punto de partida.
Continuará...

miércoles, 26 de agosto de 2009

Editorial ''Egoaraña y el camino de salida'' (segunda parte)

"Yo no soy mi personalidad, pero si me sigo identificando con ella nunca voy a encontrar mi naturaleza escencial"
La personalidad nos muestra el camino de salida. Esto es así porque se va construyendo en torno a las debilidades que la esencia percibe de si misma y se va haciendo fuerte allí mismo, donde nos sentimos vulnerables, creando estratégicamente las estructuras de sostén para la escencia desvalida. Es allí donde el ego esta fortalecido entonces, en donde se nos evidencian los lugares donde nuestra personalidad oculto nuestra verdadera naturaleza con mayor efectividad.
Así por ejemplo, si nuestra escencia sintió - en su más temprana existencia- ser carente de la fuerza necesaria para sobrevivir a las agresiones del medio, sean estas reales o solo interpretaciones, la personalidad, en su auxilio, aportaría la fuerza necesaria para poder hacer frente a las distintas situaciones que lo requieran. Pero como este mecanismo de sustitución es solo una imitación de la verdadera fuerza de la escencia, pronto degenera en rigidez.
De esta forma podríamos comparar el trabajo que va a revelar nuestra naturaleza, al de un escultor que quita de la piedra lo que sobra. ‘’La no forma’’ que oculta ‘’La forma’’.
El cincel que revela lo que somos es la observación consciente y la fuerza que asesta el golpe preciso, la presencia. Estos elementos decisivos para la transformación, se nos hacen esquivos porque son en nosotros una posibilidad más que un hecho, estas cualidades son germinales y requieren de un cultivo apropiado. De esta cosecha se obtendrá lo necesario para que la antigua sentencia se exprese una vez más…’’observarla es combatirla’’

sábado, 22 de agosto de 2009

Pensamientos...Luz de mi vida

Cuando uno se ha quedado a oscuras la luz de una pequeña vela es todo lo que uno puede querer.

Editorial ''Egoaraña y el camino de salida''

"Somos mucho más que nuestra personalidad, pero como nos encontramos atrapados en nuestras identificaciones con ella, confundimos nuestra verdadera escencia"
Lo que realmente somos es un misterio que se oculta detrás del automatismo maquinal de las reacciones y los hábitos de la personalidad. Y lo que hace la luz en esta oscuridad es la consciencia. Mientras más observamos nuestra personalidad, sus mecanismos y recursos, más conscientes de nuestra escencia nos tornamos.
Para que esto cambie es necesario comenzar un proceso de indagación que nos acerque a la más profunda de las verdades respecto de nosotros. En este proceso son necesarios tres elementos fundamentales para lograr una transformación real, estos son: la ‘’presencia’’ aportada por el ser, la ‘’observación de si’’, aportada por la voluntad, y la ‘’comprensión’’ correcta de las situaciones aportadas por un contexto mayor de ideas, como una escuela o guía espiritual.
La personalidad, como mecanismo de sustitución, se ha hecho más fuerte allí donde mayores han sido las heridas del alma, o donde a temprana edad nos sentimos vulnerables. Y al igual que una araña refuerza los lugares de la tela donde más a menudo caen los insectos, la personalidad reforzó ciertas zonas, dando lugar a una forma de ser con la cual nos identificamos, que no solo dista mucho de ser lo que somos, sino también nos limita para ser lo que podríamos. Nos hemos convertido en arañas atrapadas en su propia tela.
Así como la tela le proporciona sustento y protección a la araña, la personalidad nos ayudó a sobrevivir psíquicamente. Y ahora nos señala el camino de salida para nuestra escencia.
Continuará…

El Koan...

Egoaraña tu trama te teje a ti.

Natural-mente

Que sería de la araña...si olvidara donde pisar?

lunes, 17 de agosto de 2009

Poesía Encarnada ''Yoes''

Busqué
Entre reflejos y me hallé, parecido mas no exacto.
Descubrí
De no creerme, que yo, era algo más.
Dormí
Y en la oscuridad de la inconsciencia se hicieron fuerte
Desperté
Y en la luz de la consciencia los vi ocultarse detrás de mis rostros y mis gestos.

Editorial ''La verdad escencial''

La verdad perenne que sobrevivió a los tiempos se acumuló a través de los siglos. Y desde muchas tradiciones espirituales nos llega el mismo mensaje. Trascendido los mitos que oscurecen la verdad, esta se hace clara y todas nos cuentan la misma historia.
No nos hallamos mas separados de los otros que de nosotros mismos. La distancia que nos separa es la ilusión de lo aparente. Detrás de todas nuestras diferencias superfluas compartimos un origen común y una misma divinidad escencial -hijos de un padre somos hermanos- oscurecidos por la identificación con nuestra personalidad, nos alejamos tanto de nosotros mismos como de los otros.
Somos presencias espirituales, seamos o no conscientes de esto, encarnados en un mundo material, compartiendo un origen común que nos hermana, y separados por la ilusión de los sentidos y la identificación con la personalidad. En la medida que nos desafectamos de nuestra identificación, y simplemente nos convertimos en observadores conscientes de nuestras reacciones y hábitos, la personalidad se vuelve algo claro y diferente. En esta nueva condición la escencia, lo que uno es realmente se revela, nos acerca a una comprensión que pacifica la existencia y nos vincula en alma con todo lo que existe.

martes, 11 de agosto de 2009

El Koan...

Soy Yo el que veo y al que veo

Poesía Encarnada ''Mirada interior''

Llegué olvidado de mí
Y las vastas arenas blanquearon mis memorias.
Subí la montaña
La inmensidad de su presencia redujo lo que estaba de más.
En tanto tiempo
Crucé desiertos, escale montañas
Y Nunca estuve más lejos de mí que cuando no me reconocía.
Por fin
El último sol se llevó mis ojos.
Y me devolvió la mirada interior que había perdido.
El último viento me susurró verdades innombrables
No menos ciertas que todas mis mentiras.
Pude ver lo que soy en tantos ojos
Y pude reconocerme en tantos juicios.

lunes, 10 de agosto de 2009

Diálogos con el maestro...

Alcanzamos la cima unos pocos minutos antes de que el sol despareciera detrás del horizonte y nos dejara una instantánea de arreboles rojos y promesas de nuevo día. El viejo maestro se veía rejuvenecido de alguna manera. Sus ojos centelleaban dorados espejando al astro, y su sonrisa podría haberlo humillado de haber tenido un tiempo más.
-Date prisa me dijo con emoción en la voz, que ya no nos quedan más soles para ver juntos mi joven amigo.
-¿Pero qué me dice? Protesté casi enojado por algo que los dos sabíamos era verdad.
-Me giró tomándome por los hombros, acercó su cara a la mía y me dijo - No perdamos lo que no tenemos. Te he traído hasta aquí para que veamos esto una última vez juntos. Para que sintamos este viento murmurándonos al oído. Sé que si respiras este momento, el poder de la imagen te acompañará por siempre y ese sol que ahora nos mira de frente te responderá a lo que necesites comprender.
-Cuando me di cuenta que lo dicho por el viejo era cierto y tomé consciencia de que ese instante sería único para mí, asentí con un gesto y en silencio me puse de frente ante el disco incandescente que bajaba veloz y decidido hacia la línea plana del horizonte. El hizo lo mismo, y juntos respiramos el ocaso hasta que este se nos metió en las células, nos tiñó la piel de un presente intemporal y nos impregno el alma.
Con la misma velocidad, pero con menos decisión, la obscuridad se apoderó del escenario, y dejó sentir los primeros fríos sobre nuestros rostros. Desde esas alturas pude ver como la noche avanzaba hacia nosotros desde lo más bajo, al pie de la montaña, y la negrura devoraba las formas.
Fue la luna que ahora dominaba las alturas y alumbraba fantasmagóricamente la montaña la que guió nuestros pasos hasta abajo. Mientras bajábamos le dije al anciano:
-Ahora que he llegado hasta aquí me he dado cuenta que no importa que desierto cruce, o que montaña ascienda, no me encontraré sino cruzo el abismo que me separa de mi mismo. El viaje real ha sido metáfora de mis ausencias, y busqué en las geografías, los caminos que siempre estaban dentro de mí. Pero ha sido cada paso dado en dos direcciones. Pisé los caminos con el alma, y exploré mi interior con el cuerpo. Y así descubrí que lo entendido se hace comprensión si se afirma en lo que uno es, en todos los niveles del ser.
Todo lo que he visto en este estado no ha sido más que un ensueño, y su belleza y su fealdad dependieron siempre de mi mirada interior, fue así que reconocí que yo no soy lo que veo, pero veo lo que soy.
Así me fui a buscar la verdad donde se decía que estaba, y me encontré con esos hombres y les pregunté. Fui donde los templos y las iglesias y les pregunté. Finalmente llegué hasta aquí, Y fue el sol el que me ayudo a comprender. El viento me susurró al oído y en una sola brisa, me dijo más verdades que todos los hombres santos que conocí.

miércoles, 5 de agosto de 2009

Poesía Encarnada ''Potencial''

En la semilla la planta
En el carbon el diamante
lo que voy a ser ya es
y subyace en el instante

Editorial ''La identidad potencial''

Hay una parte en cada creatura que es consciente de su identidad potencial. En cada ser existe el impulso, como un llamado a convertirse en eso que en potencia ya es, a convertirse en sí misma. La oruga en mariposa, el carbón en diamante, la semilla en planta y el ser humano incompleto en ser humano completo.
Este impulso vital, el vacío de ser, que se expresa como un profundo desasosiego existencial, lo sentimos como si nos faltara algo, algo que no podemos definir.
Generalmente, revisamos que nos está faltando en nuestra vida, pareja, relaciones, objetos, etc. Y no tardamos en encontrar la mejor de las ’’razones’’. Cuando es así nos avocamos a la tarea de satisfacer esa carencia buscando la pareja perfecta, la relación ideal o el último adelanto de la tecnología o el confort. Pero quien más quien menos lleve ya algunos años caminando por estas tierras de Dios, sabe que esta sensación de estar satisfecho dura poco, y uno no debería confundir estar satisfecho con estar pleno.
Hasta acá uno ya sabe que buscó donde no estaba, y esto es así porque de otra manera se estaría en paz, como un estado permanente y no de momento. Pero ¿Qué es lo que deberíamos buscar entonces para aquietar las aguas revueltas del alma profunda?
Vivimos en una sociedad donde los parámetros de realización son el dinero y el poder, y pocas o ninguna cosa anima a la búsqueda genuina de estas respuestas escenciales.
Pero cuando se acerca la hora del rechinar de dientes, y lo necesitado reclama el lugar de lo deseado, lo poseído se hace polvo y ante la primera brisa queda al descubierto la carencia. Un alma desnuda a esa hora de la noche de la existencia no debería estar. Pero al menos es un comienzo, donde todo lo que somos es posibilidad de ser, porque eso es el hombre, posibilidad no realizada.