Trascender la técnica
Lo que está vivo es único, no solo como condición de ser, sino único de momento como condición de estar. Desde esta idea, cualquier actividad que uno realice de la que se espere cierto grado de arte, debe comprender que no se puede esperar que lo vivo, como forma de expresión este sujeto a la técnica, sino mas bien debería trascenderla.
En tal sentido la técnica, es un recurso y un momento en el arte de expresar lo vivo, que se renueva o se reinventa cada vez, y donde la técnica no puede por sí misma alcanzar el logro, cuando esto ocurre, hay artificio con pretensión de arte.
En ocasión de ver el último seminario de Sensei Hueshiva Morihei, fundador del Aikido, siendo este ya un hombre muy anciano, dio a mi entender una lección mal entendida por los allí presentes. En esa ocasión cada vez que ejecutaba una técnica preguntaba cómo se llamaba lo que estaba haciendo, como si no recordara el nombre de lo que él creó, y por lo bajo la gente rumoreaba que viejo está y cosas por el estilo. A mí se me ocurrió que tal vez, el brillo resplandeciente de sus ojos al mirar a los discípulos se debía a lo que decía sin palabras…estoy más allá de mi propia creación, porque lo que está vivo es único e irrepetible y ni siquiera puede ser nombrado, Cada vez que lo hago es nuevo, siendo así nunca antes lo hice.
Volviendo a la idea, creo sería bueno revisar el concepto de técnica, y pensar que, para nacer al arte sin artificio uno debe trascender la técnica, al menos la técnica sin intención y vacía de corazón.
Aníbal Gómez (Sutúl Naré)